jueves, 7 de marzo de 2013

Culturas humanas. PAÍS DOGÓN. Parte II: TRADICIONES.

El pueblo dogón proviene de una cultura muy arraigada en las tradiciones de su etnia, que hace mil años decidió buscar refugio al abrigo de los riscos de Bandiagara tras negarse a aceptar el islamismo imperante en la zona. 

Según las tradiciones, los dogones podrían haber nacido de varias tribus que se negaron a convertirse a la religión musulmana. En esta sorprendente cresta los dogones encontraron sombra, agua cristalina, la que fluye del río Niger, y protección contra las tribus enemigas, como los tuareg, que antiguamente les capturaban para venderlos como esclavos. 

Sus miembros se muestran orgullosos de su cultura, pero resulta curioso como su principal arte, la escultura, es guardado con celo dentro de las casas de adobe de forma cilíndrica que habitan, y que son uno de los símbolos de su cultura.  Sus motivos arquitectónicos giran en torno a valores religiosos, ideales y libertades, y los trucos para su elaboración también procuran mantenerlos en secreto.  

La forma en cómo configuran sus estratos sociales es ciertamente compleja, ya que se sustentan en el individuo dentro de varios grupos sociales definidos por su ascendencia o situación, teniendo siempre un carácter patrilineal, es decir, se transmite por la línea paterna. Cada comunidad o clan está regido por un solo hombre adulto, que suele ser el de mayor edad.

Los dogones se orientan hacia la armonía del grupo. Por ejemplo, en uno de sus más importantes ritos, la mujer elogia al hombre, el hombre agradece a la mujer, el joven expresa su apreciación hacia el anciano, y el anciano reconoce la contribución del joven, mostrando la unión de todos los vértices de la tribu.

Pese a que los habitantes rondan los 800.000, resulta soprendente que dentro del lenguaje dogón haya hasta 12 lenguas y 50 dialectos distintos, y que algunos de ellos sean incomprensibles para otros miembros de su propia cultura.

El pueblo dogón practica además de la ablación, la circuncisión a los niños, dentro de un ritual al que se le otorga una gran importancia, al ser el paso de niños a adultos. El ritual se lleva a cabo en un lugar apartado de la montaña, donde los niños están acompañados de varios adultos, que les explicarán enseñanzas útiles para su nueva vida. Dentro de ese proceso, en las paredes de roca, se realizan grabados conmemorativos del ritual.

Pese a ser una cultura anclada en el pasado y practicar la poligamia, existe el divorcio: una mujer puede abandonar a su marido por uno mejor si éste desatiende sus labores o no trabaja suficiente. Y curiosamente, también tienen independencia económica. Por ejemplo, la cerveza de mijo que elaboran tras recolectar el cereal, se la venden luego a otros hombres, incluso su propio marido. Son ellas las que se encargan de realizar el trueque de productos entre clanes; unos productos que trasladan apoyados en su cabeza a lo largo de desafiantes desfiladeros. Y lo hacen siempre cantando. Alegres de vivir.

por ROBERTO BÉCARES.

No hay comentarios:

Publicar un comentario